La mayoría de las personas no se preocupan en exceso por conocer qué es la ansiedad hasta que descubren que algunos de sus síntomas pueden estar provocados por este trastorno. No obstante, es cierto que algunos de estos síntomas son bastante comunes en muchas otras enfermedades y trastornos, por lo que es necesario el diagnóstico de un especialista.
Pese a ello, nos parece muy recomendable que conozcas todos los síntomas posibles del trastorno de ansiedad generalizada para poder detectarlo a tiempo e impedir su mayor intensidad.
Contenido
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
Al igual que en cualquier otro trastorno, la ansiedad provoca unos síntomas más o menos corrientes en todos los casos diagnosticados. No obstante, ello no impide que cada paciente sea diferente y adopte unos síntomas y no otros o con intensidades distintas.
No es algo comparable a una gripe en la que prácticamente todos los pacientes pasan por las mismas fases y se evidencian los mismos síntomas. La ansiedad es un trastorno bastante “personalizado” y, por ello, su tratamiento también debe serlo.
Explicado lo anterior, podemos empezar a definir y concretar los diferentes síntomas asociados a este trastorno teniendo en cuenta que no todos se darán de golpe en un paciente.
Por una parte, encontramos los síntomas físicos que son más fáciles de observar y de tratar.No obstante, los síntomas más preocupantes son aquellos a nivel cognitivo y conductual dado que modifican especialmente el día a día del paciente y su forma de analizar cada situación.
En concreto, en los síntomas físicos podemos clasificarlos en respiratorios (sensación de falta de aire y ritmo respiratorio acelerado), cardiovasculares (elevación de la tensión arterial, taquicardia, arritmias, desmayos por tensión baja, palpitaciones o palidez), urinarios (amenorrea, dolor al orinar, anorgasmia o eyaculación precoz), gastrointestinales (náuseas, vómitos, ardor, diarreas, cólicos, dificultad para tragar, estreñimiento o pérdida de peso) y neurológicos (hormigueos, calambres, temblores, mareos, sudoración, hipersensibilidad a ruidos y luces, cefaleas, vértigos o insomnio), además de zumbidos en los oídos, visión borrosa o fiebre.
Por otra parte, también hablamos de pérdida de algunas funciones intelectuales como la falta de concentración, el pensamiento acelerado y los problemas de memoria. La impaciencia, el miedo o temor anticipatorio y la dificultad para relajarse son claves en este trastorno de ansiedad. Con normalidad, se trata de personas irritables, muy preocupadas por situaciones que no lo son tanto, indecisas, aprensivas, apáticas o con humor variable en poco tiempo.
En cuanto a los síntomas anteriores, algo que es importante tener en cuenta es que éstos se van sumando unos a otros de forma progresiva. Además, algunos pueden hacer que otros aparezcan, de forma que los nervios continuos afectan a la aparición de dolores de barriga y a las náuseas observadas. De hecho podemos decir que los síntomas cognitivos acaban desarrollando otros fisiológicos que, a su vez, llevan a la aparición de consecuencias que modifican la conducta del individuo.
¿Cómo reconocer los síntomas de la ansiedad?
Lo cierto es que los síntomas de la ansiedad son fácilmente confundibles con los síntomas de la depresión, el estrés y otros cientos de situaciones que son similares en parte con este trastorno.
Por ello, es importante saber detectar las características de la ansiedad para no realizar diagnósticos erróneos que lleven a un mal tratamiento para el paciente. La forma de estar seguros de su origen es observar de cerca los síntomas, anotarlos y no entrar en pánico antes de lo debido.
También es importante destacar que, además de los síntomas anteriores, es posible observar diferentes manías, como el lavado de manos constante, y miedos obsesivos a cuestiones tan comunes como estar sólo, con mucha gente, los ascensores, viajar, la muerte de un familiar, etc.
Además, siempre es esencial informarse bien sobre estos trastornos y no lanzarse con la medicación para su curación. Los especialistas o profesionales tienen un papel clave que debemos respetar para que los resultados sean los más efectivos posibles y tener claras las causas de cada uno de esos problemas observados.
Cómo mejorar y controlar los síntomas de la ansiedad
La mejor forma de hacer frente a los síntomas de la ansiedad es la prevención para que ésta no aparezca o no se transforme en un trastorno grave.
Hay personas que tienen una mayor tendencia a sufrir ansiedad y es en ellas en las que se ha de tener un especial cuidado. Deben evitar las situaciones peligrosas o de altos estímulos, así como realizar ejercicios de respiración que pongan freno al estrés del día a día. Además, ante los primeros síntomas de palpitaciones, mareos u hormigueos es imprescindible conocer su origen y hablar con un especialista que pueda diagnosticar esos síntomas.
En el caso de las personas que sufren ansiedad como consecuencia de un accidente o situación muy compleja, la aparición de ésta no es controlable ya que se trata de una respuesta natural del organismo. No obstante, si se mantiene en el tiempo es necesario acudir a los profesionales médicos que pueden aconsejar al paciente la forma en la que no se presentarán otros síntomas algo más peligrosos.
Por todo ello, es esencial estar alerta con lo que hemos mencionado en esta página, pero sin llegar a obsesionarnos con ello. A veces, o en la mayoría de casos, las personas que sufren ansiedad la empeoran al obsesionarse con todos los síntomas nuevos que descubren cuando realmente han aparecido como consecuencia de haber centrado la atención en ellos excesivamente. Así, es más importante que la persona afectada no los tome como algo peligroso, sino controlable, y que sean las personas de su entorno las que más alerta estén con dichos síntomas. El miedo es la característica o causa más reconocible de la ansiedad.
Estas personas o seres queridos son imprescindibles en todo el proceso de recuperación o tratamiento dado que es un apoyo moral y una cura de realidad para aquel que se siente oprimido por las situaciones que vive diariamente.
¿Cómo curar la ansiedad?
El trastorno de ansiedad generalizada puede ser tratado de formas muy distintas dado que es un procedimiento que ha de adaptarse totalmente al individuo en cuestión. Se trata de conocer el origen de su ansiedad y tratar de que éste desaparezca o no sea una presión tan constante en el paciente.
Para ello, son los psicólogos o psiquiatras los que deben tomar partido y establecer una rutina concreta que modifica los hábitos o conductas del día a día del paciente. Se trata de alejarlo de las situaciones más peligrosas para su ansiedad y crear nuevas posibilidades de actividad diaria.Además, en los casos más crónicos, la ansiedad debe ser tratada a partir de fármacos concretos que eviten otras consecuencias como la depresión.
Junto a todo lo anterior, nuestra recomendación directa comienza por establecer una rutina de ejercicios relajantes y realizar actividades que influyan en nuestra automotivación.
Otras secciones que te pueden interesar:
- ¿Cuáles son las causas de la ansiedad?
- Situaciones que provocan ansiedad
- Medicamentos contra la ansiedad: ¿cuáles son los recomendados?
- ¿Cómo tengo que tratar la ansiedad y la depresión?
- ¿Qué diferencia hay entre la ansiedad y el estrés?
Referencia: